miércoles, 15 de mayo de 2013

Los alumnos: la razón de ser de la escuela.

Hoy los protagonistas son ellos. Son el reflejo de nuestra escuela. Si ellos aprenden, se divierten y te piden más, es que estamos consiguiendo el objetivo que queríamos.

Las clases no siempre "molan". Muchos días debemos quedarnos en la pista para aprender técnicas nuevas o repasar y perfeccionar las que ya sabemos. Esto es totalmente necesario.
Pero los días que salimos de la pista para poner en práctica esas mismas técnicas en escenarios reales hacen que agradezcamos el millón de repeticiones realizadas anteriormente.

Este Domingo pasado, por ejemplo, era el primer día que mis alumnos del grupo de nivel medio salían del parque.
Una pequeña ruta desde la pista hasta otra zona del parque nos dio para conocer nuevos suelos y saber como abordarlos, practicar la posición de tijera, la cuña en un espacio más reducido, aprender a subir y bajar bordillos de formas diferentes....y a mi modo de ver lo más importante: a bajar la primera cuesta de entrada al parque.
Cada alumno, con la cantidad de recursos que ya tenían, eligieron el que mejor dominaban e incluso alternaron varios para poder descenderla con total seguridad.





Y la recompensa fue doble: desaparición de parte del miedo que tenían al enfrentarse a una cuesta y satisfacción al mirar hacia arriba y ver que lo habían hecho ellos solos.

Y por supuesto las ganas de repetir la clase el próximo día.